El acrónimo CXC hace referencia a las Cuentas por Cobrar, manifestadas también en contabilidad con la cuenta contable de Clientes. El manejo correcto de las CXC no solo es vital para la liquidez de la empresa, sino que también es crucial para la determinación correcta de los impuestos (ISR e IVA).
Cuentas por cobrar según las NIF
La Norma de Información Financiera (NIF) C-3 “Cuentas por cobrar” establece las normas de valuación, presentación y revelación de las cuentas por cobrar comerciales y otras cuentas por cobrar de una entidad financiera. Para esta norma, las cuentas por cobrar son aquellas que no generan interés y que son de corto plazo; las que son de largo plazo o de corto pero que generan interés, son tratadas en la norma C-20 “Instrumentos financieros por cobrar principal e interés”.
Sólo deben reconocerse aquellas cuentas por cobrar por las cuales el ingreso puede ser reconocido de acuerdo con la NIF D-1, “Ingresos por contratos con clientes” y deben valuarse en su reconocimiento inicial al precio de la transacción determinado con base en esta norma.
Las cuentas por cobrar también deben incluir, en su caso, importes por cobrar al cliente derivados de la transacción, tales como impuestos y derechos trasladables al cliente y cualquier otro cobro al cliente por cuenta de terceros.
Cuentas por cobrar según los impuestos
En el Código Fiscal de la Federación (CFF), la Ley del ISR o la Ley del IVA, no se menciona con frecuencia el término CXC, sin embargo, encontramos capítulos enteros dedicados a los “ingresos”. Por otro lado, el término “comprobante fiscal” es uno de los conceptos más mencionados por las leyes, toda vez que funge como el principal instrumento de control en la recaudación.
Para las personas morales del régimen general, las CXC se consideran ingresos, aunque no estén cobrados. El artículo 17 de la LISR establece que los ingresos se obtienen al expedir el comprobante, al entregar el bien o prestar el servicio y al cobrar total o parcialmente la contraprestación pactada.
Teniendo en cuenta que la NIF C-3 menciona que los impuestos son parte integrante de las CXC, luego entonces, la valuación y presentación de las CXC juega un papel crucial en la correcta determinación de los impuestos.
Las CXC como base de los impuestos
Los contribuyentes están obligados a expedir CFDIS y las autoridades los usan para precargar la información de las declaraciones de impuestos. Desde hace algunos años, las personas morales del régimen general presentan sus declaraciones de pago provisional de ISR multiplicando los ingresos manifestados en los CFDIS (sin importar su método de pago) por el coeficiente de utilidad y la tasa de ISR (30%).
A partir de 2024, el SAT también comenzó a precargar la información de los CFDIS en las declaraciones de IVA. A diferencia de la exactitud con la que el SAT puede calcular el ISR que deben pagar los contribuyentes, con el IVA no es posible toda vez que existen transacciones que no se manifiestan en comprobante fiscales.
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LOS 4 ERRORES MÁS COMUNES ENTRE LA DECLARACIÓN DE IVA Y TU CONTABILIDAD
El comprobante fiscal establece 2 métodos de pago: Pago en parcialidades o diferido (PPD) y Pago en una sola exhibición (PUE). En términos financieros, podríamos decir que los CFDI con método de pago PPD son las CXC (facturas a crédito). Manifestar en un comprobante un método de pago diferente al ocurrido en la realidad, generará diferencias en el cálculo de los impuestos.
No debemos olvidar que, si bien es cierto que los CFDIS son la base para el cálculo de los impuestos, estos pueden contener errores que no reflejen la realidad de las CXC. Si el encargado de las CXC no emite o emite incorrectamente los CFDIS, tendrá efectos negativos hasta en los impuestos.
La cobranza: CFDI venta público, CFDIS de pago y sustitución de CFDIS
Cobrarles a los clientes no solo representa una dificultad para el departamento de CXC respecto a las formas y condiciones de pago (cobranza), sino que también constituye una labor de índole contable-fiscal.
El encargado de las CXC debe estar constantemente revisando los estados de cuenta bancarios para aplicar correctamente los cobros recibidos. Las empresas que facturan cantidades similares a todos sus clientes tienen el reto de identificar los depósitos que no llevan una referencia que los distinga. Ante las obligaciones fiscales, las empresas se ven en la necesidad de facturar los depósitos no identificados como comprobantes globales con el RFC genérico XAXX010101000 (venta público en general).
Cuando el encargado de las CXC envía los estados de cuenta para cobrarles a los clientes, los depósitos son entregados por éstos y se da paso a la “reexpedición” o sustitución de los CFDIS. Esto, si no se lleva un control estricto, genera errores en la determinación de los impuestos.
Finalmente, el encargado de CXC también debe emitir un CFDI con complemento para la recepción de pagos (CFDI pagos) al momento de recibir el cobro.
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